En el estudio se trabajó con un macho y una hembra de delfín, que fueron capaces de desarrollar tareas de ecolocalización durante cinco días sin mostrar ningún signo de fatiga. El delfín hembra prolongó este estado a diez días más; sin embargo, se desconoce cuánto tiempo más habría podido resistir el animal pues no se continuó el experimento.
Hasta el momento se pensaba que la capacidad de dormir con un hemisferio cerebral había evolucionado para que los delfines pudieran respirar con facilidad en la superficie del agua mientras descansaban y evitar así acabar ahogados, pues su respiración es totalmente voluntaria (a diferencia de otros mamíferos terrestres). Sin embargo, el estudio indica que también juega un papel clave en la necesidad de permanecer alerta durante largos periodos de tiempo, quizás indefinido.
Así, Brian Branstetter definió a los delfines como "centinelas permanentes del mar".
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