jueves, 22 de noviembre de 2012

Pulpos, más inteligentes de lo que puede parecer

Los pulpos de la especie Amphioctopus marginatus son capaces de utilizar cáscaras de cocos a modo de escudo.


Pese a que nos puede parecer que seres vivos, como son los pulpos, son tan diferentes de nosotros que no se nos podría siquiera comparar, lo cierto es que compartimos varias similitudes con ese evolucionado molusco.


  • Desde el 2009, la especie Amphioctopus marginatus se incluyó en la lista de los animales capaces de manejar herramientas en pos de su propio beneficio. Un estudio publicado en la revista "Current Biology", aclara que esta especie suele recoger cáscaras de coco que caen al fondo del mar, transportarlas y almacenarlas en un lugar bien escondido para poder usarlas como escudo defensivo frente a cualquier amenaza.
  • A la hora de medir la inteligencia de los pulpos, los científicos recurren a experimentos en los que se evalúan dos parámetros: su capacidad de aprendizaje y su memoria. Se ha descubierto que son capaces de aprender a distinguir formas geométricas, como cuadrados, rectángulos, círculos...; abrir botes con tapones de rosca y atravesar complicados laberintos. También se ha descubierto que son capaces de aprender observando a sus semejantes, una característica que se creía limitada a algunos mamíferos. Y, como se demostró en un experimento por el neurobiólogo Benny Hochner, poseen un circuito de memoria a corto plazo y otro a largo plazo. De hecho, los pulpos cuentan con medio millón de neuronas organizadas en una compleja red de lóbulos, al igual que ocurre en otros animales superiores.
  • En el 2008, veinticuatro centros marinos europeos iniciaron un estudio en el que intentaban descubrir si los pulpos "octidiestros" manejaban por igual todas sus patas o si tenían alguna extremidad predilecta. Y se descubrió que usan dos de sus brazos para caminar sobre el lecho marino, mientras que los seis restantes exploran e investigan los objetos que se encuentran a su alcance. Esto incluía piezas de lego y cubos de Rubik que los científicos les ofrecían durante el experimento. Esto implica que, cuando un pulpo necesita huir, levanta seis de sus extremidades y usa las otras dos para moverse a mayor velocidad.
  • Durante décadas se ha considerado a los pulpos como animales solitarios; sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de California revela que los pulpos macho no se aparean con la primera hembra que se cruza en su camino. Suelen rondar durante varios días a la hembra elegida, se engalanan con patrones corporales vistosos en su piel, mantienen a distancia a posibles rivales, e incluso estrechan alguna de las patas de su pareja una vez que logran conquistarla.

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